
Cafetería con gran personalidad y fuera de lo común dentro de ella te transportas a los años 60 en casa de tu abuela tomando un café tranquilamente en esos sillones que nos llevan a otra época.
Todo cuidado al más mínimo detalle sin ser cargante y sin que se note ya que parece que es totalmente natural ya que parece real y no "decoración".
En la planta por la que se entra en verano/primavera los ventanales abiertos a la calle sentado en uno de esos sillones bajos casi casi en la misma acera ayuda a simplemente
tomar algo viendo pasar a la gente...
El café, (1,5€) es lo ideal para relajarte a cualquier hora con una galletita de esas como cuando eras pequeño, y si no, pues un mojito que tan solo por 4€ no están nada nada mal... y sino pues la carta tiene de todo desde batidos, cafés,tartas y postres, copas, cocktails...
Lo malo, la poca tapa que te ponen ya que si pides café tienes galleta pero si no pues un poco soso pero evidentemente se compensa con el sitio.
Situado en Malasaña en la calle del Espiritu Santo 9, parada de metro Tribunal.
Que lo disfruteis!!

